La edición príncipe de este tratado
de grammatica que nuevamente hizo el maestro Antonio de Lebrixa sobre
la lengua castellana, como consta
en el colofón de la obra, fue impresa el 18 de agosto 1492 en Salamanca,
en cuya universidad el autor (1441-1522) ejerció la docencia, después
de haber trabajado para el obispo Fonseca en Sevilla.
La mayor parte de sus obras fueron publicadas en
dos imprentas anónimas
salmantinas, que pudieron tratarse de una sola y que a veces se ha sugerido
que podrían haber pertenecido al propio Nebrija, quien bajo el anonimato
desvincularía su quehacer intelectual de la actividad mercantil,
y detrás de las cuales se esconde la figura de este destacado humanista
español como editor literario. Dos de sus más conocidas obras
han dado nombre a estas tipografías anónimas salmantinas
como imprenta de las Introductiones latinae, publicadas e 1481, e imprenta
de la Gramática castellana.
Nebrija en Salamanca se entrega a la reforma de la
enseñanza del
latín, motivo de la publicación de estas Introductiones
latinae,
gramática del latín de gran difusión, traducida por
el propio autor al castellano. Animado por el éxito de esta obra
redacta su célebre Gramática castellana, con los
mismos criterios científicos, pero como la primera gramática normativa que
se conoce, y en un momento en que todavía se consideraba que eran
las lenguas cultas, el latín y el griego, las que necesitaban una
gramática regulada.
Se trata de la primera gramática del castellano y de la primera
publicación europea dedicada a la gramática de una lengua
vulgar. Tras el famoso prólogo dedicado a la reina Isabel la Católica,
donde expone sus propósitos de fijar la lengua para asegurar su
perpetuidad y facilitar el aprendizaje del latín a partir del romance,
se articula la obra en cinco libros dedicados a la ortografía, la
prosodia y la sílaba, la etimología y la dicción,
la sintaxis y, por último, a las introducciones de la lengua castellana.
La tipografía es gótica, a 34 líneas por página,
en formato 4º, y se han dejado huecos para iniciales o se han señalados éstas
con letras minúsculas de guía para los iluminadores. En el
epígrafe del prólogo se utiliza tinta roja, correspondiendo
esta hoja a la signatura a2, siendo la primera y última blancas,
y careciendo el ejemplar de portada, como ocurre en otros muchos
incunables.
El ejemplar, con signatura topográfica 118-5-33, ha sido encuadernado
con decoración de estilo mudéjar en el taller de Galván,
de Cádiz, en 1992, y, como consta en nota manuscrita en una hoja
de guarda, lo compró Hernando Colón en Sevilla por 34 maravedís,
correspondiéndole el número de su registro 3275. De él
se realizó una edición fototípica por Walber en 1909,
y una edición facsimilar y crítica, enmarcada en las actividades
conmemorativas del V Centenario de su publicación en 1992, por el
Instituto de Cooperación Iberoamericana.
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