Archivo Hermandad de las Doncellas |
La Hermandad de las Doncellas fue
fundada en la Capilla de la Anunciación de la Catedral de Sevilla en el
año 1521 por Micer García de Gibraleón, natural de Sevilla, presbítero,
protonotario, escribano apostólico y agente del cabildo en Roma. La misión
principal de esta cofradía era otorgar dotes a doncellas que carecieran de
medios económicos que aportar al matrimonio, -de ahí el nombre por el que
es conocida la hermandad-, vinculando para ello bienes y rentas
provenientes de la primera dotación de García de Gibraleón, mantenida
posteriormente con las limosnas de fieles y de personas devotas.
Según consta en el Libro Blanco del Archivo de la Catedral, en el
que están asentadas todas las dotaciones de la Santa Iglesia, García de
Gibraleón dotó a la Capilla de Nuestra Señora de la Anunciación “que
es a la entrada de la puerta colorada y con dos puertas una grande y otra
pequeña.” con “ochenta ducados cada un año. Con tal cargo que, de los
fructos y rentas del dicho préstamo la dicha fabrica e señores Deán e
Cabildo administradores della en cada un año para siempre jamás den siete
mille maravedíes para el capellán que sirviere una capellanía de veinte e
dos misas cada mes en la dicha capilla y lo demás que lo aya la dicha
fabrica para si por dote de la dicha capilla e ornamentos que ha de dar
para servicio de la dicha capellanía e administraciones.”
La Bula para su erección fue concedida el 30 de Junio de 1517 por
el papa León X, y como en ella se recoge su fin era “fundar una Hermandad
de Fieles Christianos, hombres y mugeres" que entre otras obras de caridad
debían otorgar dotes competentes a doncellas pobres y honestas. Esta
dotación fundó Capilla y Capellanías, consiguiendo para ella muchas
gracias e indulgencias, “y teniendo por sus Hermanos y Cofrades muchos de
la primera nobleza, Eclesiásticos y Seculares”. Sin embargo la
presentación de la bula no tuvo lugar hasta el 25 de agosto de 1536,
nombrando el cabildo para examinarla a los canónigos Juan Fernández
Termiño, Licenciado del Corro, Obispo de Scalas y al doctor Juan Gil.
Ortiz de Zúñiga en sus Anales Eclesiásticos relata cómo el canónigo
sevillano Justino de Neve, restableció a mediados del siglo XVII las
Hermandades de las Doncellas de la Iglesia Catedral y la de la Cátedra de
San Pedro de Santa María la Blanca.
De la actividad de esta hermandad hemos tenido noticias gracias al
fondo documental de su archivo, conservado en la actualidad en el Archivo
de la Catedral de Sevilla, formado por libros y legajos, que ocupan un
total de 21 metros lineales.
El tipo de información que recoge es fiel reflejo de las
actividades de la institución a la que perteneció, con una tipología
documental que va desde libros de actas a libros copiadores o libros de
dotes, aunque sin duda la documentación económica es la más abundante.
Algunas de las noticias más curiosas que podemos reseñar están en los
propios libros de dotes, al ofrecer datos concretos de la joven a la que
se concedía la dote, el nombre de los contrayentes, la fecha de bautizo...
así como particularidades físicas de las doncellas, tales como la
estatura, el color de piel, etc., y un último apartado en el que se señala
dónde se celebró el matrimonio, la fecha y el número de libramiento de la
dote en cuestión.
El periodo cronológico que abarca esta documentación va desde la fecha de fundación de la propia hermandad hasta el año 1926 como fecha más reciente. Se encuentra en calidad de depósito dentro del Archivo Capitular, respetándose el principio de procedencia al tratarse de una institución independiente del cabildo. Actualmente se trabaja en la realización de los instrumentos de descripción que posibiliten el acceso a la documentación. |
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